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Cuba restaura «a mano» sus arrecifes de coral

Más allá de exhibir organismos marinos vivos y promover la educación ambiental para el cuidado, conservación y uso racional de los recursos y especies de ese medio, el Acuario Nacional de Cuba (ANC) incursiona, con resultados notables, en el campo de las investigaciones

Más allá de exhibir organismos marinos vivos y promover la educación ambiental para el cuidado, conservación y uso racional de los recursos y especies de ese medio, el Acuario Nacional de Cuba (ANC) incursiona, con resultados notables, en el campo de las investigaciones.

La culminación de diferentes estudios en las últimas dos décadas propició el registro de más de 40 nuevas especies para aguas cubanas, y la ciencia, junto a la introducción de nuevas técnicas de manejo y atención de mamíferos marinos, bajo condiciones controladas.

Asimismo, se pudo caracterizar la abundancia y distribución del delfín Tursiops truncatus en los mares que rodean a nuestro país, y lograr la reproducción en cautiverio de distintas especies amenazadas, entre ellas, el atractivo caballito de mar.

Según precisó la máster en Ciencias María de los Ángeles Serrano, directora del ANC, en la actualidad la institución lidera el proyecto Cultivo y propagación de corales pétreos para la restauración de arrecifes en Cuba, en el cual participan, además, especialistas del Parque Nacional Guanahacabibes, el Centro Nacional de Áreas Protegidas, el Instituto de Ciencias del Mar, el Acuario de la Florida y la Fundación para la Conservación de la Naturaleza, de EE. UU.

Puntualizó que, para Cuba, resulta vital disponer de una barrera coralina fuerte y saludable, tomando en cuenta que ese ecosistema resguarda las playas, los pastos marinos y los manglares, de los efectos perjudiciales de la erosión y de las fuertes marejadas producidas por eventos meteorológicos extremos, en particular los huracanes.

También constituyen el hábitat natural de disímiles y valiosas especies (peces, crustáceos, moluscos), fungen como refugio y espacio de reproducción de numerosos organismos y plantas acuáticas, y son un atractivo para el buceo contemplativo.

TRABAJO A MUCHAS MANOS

Ángeles Serrano aseveró que hoy cuentan con tres granjas, en las cuales se han cultivado y propagado cuatro especies de corales: Acropora cervicornis, Acropora palmata, Orbicella faveolata y Diploria labyrinthiformis. Dos radican en el Parque Nacional Guanahacabibes, y una tercera en el litoral habanero, muy cerca del ANC. Se prevé la creación de una cuarta en Playa Coral, Matanzas.

«Primero se plantan en el vivero o granja fragmentos juveniles de corales para crear nuevas colonias en condiciones ideales, que favorezcan su crecimiento óptimo, con un mínimo de depredación, enfermedades y otras afectaciones».

Cuando alcanzan un tamaño adecuado entre 20 y 40 centímetros, se cortan los fragmentos cultivados. Estos son trasladados hasta el arrecife natural de las áreas degradadas y ahí quedan fijados al sustrato rocoso, mediante diferentes técnicas de siembra, señaló.

De las tres empleadas en el ANC, los mayores niveles de supervivencia de los fragmentos fueron obtenidos con el empleo de cemento (94,9 %), en tanto la siembra con clavos mostró un 76,8 %, y la efectuada con cuerdas apenas llegó al 2,5 %.Sobre las ventajas de la referida práctica, María de los Ángeles Serrano explicó que, de manera natural, la formación de un coral depende de la llegada de una larva, que se asiente y comience a crecer, mientras que con el método aplicado las posibilidades de supervivencia son mucho más altas, al depositar fragmentos relativamente ya desarrollados, de mayor tamaño.Un paso esencial radica en la selección adecuada de las especies de corales que van a ser utilizadas en las acciones de restauración, en dependencia de las condiciones ambientales específicas de los sitios escogidos para acometer esa labor.

De acuerdo con lo expresado por la Directora del ANC, los resultados más favorables en la recuperación de los corales se observan en el área de la plataforma insular, situada al norte del Acuario.Pese a la alta contribución de los arrecifes de coral a la ecología (son el hábitat natural del 25 % de la vida marina), a la protección costera, al turismo y a la pesca, la cobertura coralina ha declinado en alrededor de un 50 % a nivel mundial, durante las últimas cuatro décadas.

Las principales causas de mortalidad obedecen al aumento en la frecuencia de sistemas meteorológicos, generadores de fuertes marejadas, la aparición de eventos de blanqueamiento, enfermedades, y la creciente acidificación de los océanos, todas vinculadas al calentamiento global, unido a la contaminación, la sobrepesca, y otras acciones realizadas por el hombre.

Tomado de Granma

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