Dicen los que lo conocieron que era único, que su presencia impactaba, te dejaba sin aliento, que era capaz de llenar los espacios y de paralizar hasta a sus enemigos justo antes de actuar en su contra en los disímiles intentos de asesinarlo.
¿Qué se puede decir de Fidel que ya no se haya dicho? Un hombre único de esos que solo existen una vez en la historia y que esta isla tuvo la dicha de ver nacer y morir . De ser testigo de su obra de infinito amor y altruismo. Arriesgó la vida por el bien de un pueblo que veía morir al Apóstol en el año de su Centenario.
El Moncada fue el comienzo de una larga batalla que terminó con el triunfo de 1959. Cuba continúa la obra que nos dejó como el más digno homenaje a su lucha incansable por el bienestar de todos.
Siempre fue el primero, no exigía nada que él mismo no hiciera . Se le podía ver lo mismo en un cañaveral en la zafra del 70, con un fusil al hombro durante la invasión a Girón, en la construcción de alguna escuela o simplemente en un juego de béisbol. Ejemplo para los cubanos que siempre acudieron ante su llamado para impulsar los proyectos de la Revolución.
En estos tiempos donde las constantes agresiones del enemigo intentan mancillar nuestros principios mediante campañas de descrédito para empañar todo lo que hemos logrado, más que nunca debemos defender nuestros ideales y desmentir todas las calumnias que se generan diariamente en las redes sociales.
En cada tarea que realizamos debemos mantener el compromiso con el legado de Fidel, junto a la guía de Raúl y el Presidente Miguel Díaz-Canel, con la convicción de que saldremos victoriosos. Ese es el mayor homenaje que podemos hacerle al Comandante en el aniversario 94 de su natalicio.
Departamento Comunicación Citma