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Declaraciones, iniciativas, compromisos, el futuro que nos deja la COP26

Durante las últimas jornadas de la 26 Conferencia de las Partes (COP26) sobresalió la Declaración conjunta de Glasgow, entre Estados Unidos y China, sobre “Mejora de la acción climática en la década de 2020”.
La noticia tomó por sorpresa a muchos, aunque estas negociaciones hacía meses que se estaban realizando.
Mediante la Declaración pactada, los dos mayores emisores de dióxido de carbono del planeta reconocen la alarma suscitada por la primera parte del Sexto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, publicado el 9 de agosto de 2021, y, por consiguiente, se hacen eco de la gravedad y urgencia de la crisis climática.
Por lo tanto, reiteran su firme compromiso de trabajar juntos y con otras Partes para fortalecer la implementación del Acuerdo de París, principalmente, el objetivo de mantener el aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de los 2 grados C y continuar los esfuerzos para limitarlo a 1,5 grados C.
También manifestaron la intención de trabajar de forma individual, conjunta y con otros países durante esta década decisiva, en dependencia de las diferentes circunstancias nacionales, para fortalecer y acelerar la acción y cooperación climática destinadas a cerrar la brecha, incluida la aceleración de la transición verde y baja en carbono, con innovación tecnológica climática y acelerar la transición a una economía global neta cero.
Ambas naciones anunciaron cooperar para fortalecer sus marcos regulatorios y estándares ambientales relacionados con la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en la década de 2020; incluyendo acciones para: maximizar los beneficios sociales de la transición a energías limpias; políticas para fomentar la descarbonización y electrificación de los sectores de uso final; áreas clave relacionadas con la economía circular, como el diseño ecológico y la utilización de recursos renovables; y el despliegue y aplicación de tecnología para la captura, almacenamiento y uso del carbono y captura directa de aire.
Whashington y Pekín reconocen el papel importante que desempeñan las emisiones de metano en el aumento de las temperaturas, y anuncian acciones al respecto.
En cuanto a las emisiones de CO2 avizoran políticas que apoyen la integración efectiva de una alta proporción de energía renovable intermitente de bajo costo; de transmisión que fomenten el equilibrio eficiente de la oferta y la demanda de electricidad; de generación distribuida que fomenten la integración de la energía solar, el almacenamiento y otras soluciones de energía limpia más cerca de los usuarios de electricidad; y políticas y estándares de eficiencia energética para reducir pérdidas de electricidad.
Otros elementos de la Declaración, que cubre los principales aspectos de la negociación, se refieren al objetivo global de adaptación, los compromisos financieros, los temas pendientes de los Artículos 6 y 13 del Acuerdo de París, así como los plazos comunes para las NDC, punto en el que anuncian su intención de comunicar 2035 NDC en 2025.
La dirección del gigante asiático y del gobierno estadounidense sostienen la idea de establecer un “Grupo de trabajo sobre la mejora de la acción climática en la década de 2020”, que se reunirá periódicamente para abordar la crisis climática y hacer avanzar el proceso multilateral, centrándose en mejorar las acciones concretas en esta década.
Notas positivas que ponen en riesgo el multilateralismo
Algunas organizaciones que evaluaron globalmente estos temas, se han adelantado a “sumar” el efecto de un conjunto de iniciativas propuestas desde el inicio de esta Conferencia, incluyendo las relativas al metano y la agricultura, así como el anuncio de India de pretender alcanzar la “carbono neutralidad” para 2070.
De implementarse, efectivamente, los acuerdos, los análisis estiman que el mundo podría detener el calentamiento global a 1.8 grados Celsius por encima de los niveles del siglo XIX. Por supuesto, este es un cálculo general y basado en la puesta en práctica de todos estos compromisos, pero en cualquier caso ha sido una nota alentadora en este complejo proceso.
No obstante, al igual que las Declaraciones de los primeros días, se trata de acuerdos que están transcurriendo fuera de la Convención, y que no necesariamente contribuyen a fortalecer el proceso multilateral.
Por ejemplo, los declarantes afirman la intención de acelerar la acción “a través de la cooperación en procesos multilaterales, incluido el proceso de la CMNUCC”, lo cual implica que no necesariamente toman a la Convención como el principal foro sobre el cual construyan sus esfuerzos.

También reiteran el objetivo del Acuerdo de París respecto a los 2 grados de temperatura con esfuerzos para que no rebase los 1.5 grados. Aunque esto es legalmente correcto, no favorece el esfuerzo que están impulsando aquí los países más vulnerables, incluido AOSIS, que están intentando dar la máxima preeminencia a la meta de 1.5 grados.
De igual manera, se toma posición en la Declaración sobre asuntos que aún no están acordados, como es el relativo a los plazos comunes para reportar las Contribuciones Nacionalmente Determinadas.
Aunque todos estos esfuerzos suman notas positivas, se acentúa cierto riesgo de que muchos de ellos en el futuro enfrentamiento al cambio climático, se vayan localizando en ciertos nichos fuera de la Convención Marco, lo cual puede erosionar el multilateralismo, al tratar de acuerdos, grupos de trabajo, alianzas y coaliciones, donde no participan todos los países.

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