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Temporada de huracanes en la mira: entre lo científicamente validado y el sensacionalismo

Más allá del número total de ciclones tropicales que se formen, basta con que uno solo nos impacte para que cause grandes afectaciones y ponga en peligro vidas.

Previo al inicio de la temporada ciclónica, se genera una gran expectativa en torno a los pronósticos pretemporada emitidos por las principales agencias meteorológicas internacionales. Este fenómeno se ve amplificado por la creciente participación de entusiastas aficionados que, mediante redes sociales, difunden sus propias proyecciones —muchas veces carentes de rigor científico o sustentadas en especulaciones poco fundamentadas.

Desde las primeras etapas se observa cómo la mala interpretación de las modelaciones matemáticas, sumada a la viralización de datos fuera de contexto, genera confusión en la población. Esta distorsión informativa puede llevar tanto a una peligrosa complacencia como a alarmismos infundados, dificultando la adecuada preparación ante eventos meteorológicos extremos.

Pronósticos oficiales

El pasado 7 de mayo, el Instituto de Meteorología de Cuba (INSMET) divulgó su pronóstico sobre la actividad ciclónica de 2025 para el Atlántico Norte, el mar Caribe y el golfo de México. La institución científica prevé la formación de 15 ciclones tropicales con nombre, de los cuales ocho podrían alcanzar la categoría de huracán.

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Además, señala que, del total de ciclones tropicales, 10 se desarrollarán en el área oceánica del Atlántico, tres en el mar Caribe y dos en el golfo de México. La probabilidad de que se origine e intensifique al menos un huracán en el Caribe es alta, con un 75 por ciento. Asimismo, la posibilidad de que un huracán de procedencia atlántica penetre en el Caribe es moderada, con un 50 por ciento.

El peligro de que Cuba sea afectada por al menos un huracán es moderado, con una probabilidad del 50 por ciento, superior al peligro climatológico para el país, que es del 35 por ciento. Aún mayor es el riesgo de que, al menos una tormenta tropical, afecte a Cuba, con una probabilidad del 70 por ciento.

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El Centro Nacional de Pronósticos y el Centro del Clima del Instituto de Meteorología, responsables de la confección del pronóstico, explican algunos factores considerados en su elaboración: La temperatura superficial del mar en la franja tropical del Atlántico Norte y el mar Caribe sigue registrando valores elevados, aunque no tanto como en la anterior temporada ciclónica de 2024

.Los modelos de pronóstico indican que las anomalías cálidas de la temperatura del mar en la franja tropical del Atlántico Norte podrían disminuir en la segunda mitad del presente año. Otro factor de importancia es que el actual evento La Niña —Oscilación del Sur (AENOS)—, en su fase débil, dará paso a condiciones neutrales en el océano Pacífico, las cuales se prevé que se mantengan durante el resto del año.

Por otra parte, la Universidad Estatal de Colorado (Estados Unidos), una de las instituciones más prestigiosas en pronósticos de actividad ciclónica, proyecta para la próxima temporada la formación de 17 ciclones tropicales con nombre, de los cuales nueve podrían alcanzar la categoría de huracán.

Por su parte, el Centro Europeo (ECMWF) estima la formación de 14 ciclones tropicales con nombre y aproximadamente siete huracanes.

Además, el modelo AMA-20, desarrollado por el meteorólogo e investigador cubano Dr. Aldo Moya Álvarez, radicado en Perú, plantea la posibilidad de que se formen 18 ciclones tropicales con nombre, con nueve de ellos alcanzando la categoría de huracán.

Si tomamos en cuenta los pronósticos de otras 15 agencias meteorológicas e investigadores de todo el mundo, el promedio estimado de formación es de 17 ciclones tropicales con nombre.

En general, el Instituto de Meteorología de Cuba, así como la mayoría de las agencias internacionales e investigadores que se han pronunciado, coinciden en que debemos esperar una temporada activa.

Saber interpretar

Hoy en día, cualquier persona con acceso a la web puede consultar modelos de predicción matemática. Sin embargo, interpretar correctamente la información es algo muy diferente. Recientemente, circuló como pólvora por las redes sociales —impulsado por el desconocimiento, la manipulación de información, la especulación y el sensacionalismo— el rumor de que podría formarse un ciclón tropical en el mar Caribe y, para mayor alarma, que este se dirigiría hacia Cuba.

Específicamente, este escenario lo mostraba el modelo Global Forecast System (GFS) de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos, situando la ciclogénesis en un plazo superior a los 10 días.

Quienes llevamos años trabajando con este modelo conocemos su tendencia a predecir la formación de “ciclones fantasmas” a largo plazo, principalmente, al inicio de la temporada. Con esto no quiero decir que sea imposible: sí, es posible que se forme un ciclón tropical, siempre y cuando existan las condiciones atmosféricas y de temperatura del mar propicias, pero no se puede asegurar con certeza 10 días antes. Un pronóstico de más de cinco días conlleva una gran incertidumbre y margen de error amplio.

Situaciones similares ocurren actualmente con pronósticos de pretemporada compartidos en redes sociales, muchas veces sin el rigor científico necesario, lo que genera confusión y pánico entre la población.

La falta de análisis adecuado y la difusión indiscriminada de modelos de predicción sin contexto pueden llevar a interpretaciones erróneas sobre la formación de ciclones tropicales. En muchos casos, estos pronósticos alarmistas provienen de fuentes no especializadas que extrapolan datos sin considerar la incertidumbre inherente a las previsiones meteorológicas de largo plazo.

Preparados y alertas

Siempre recomiendo a mis seguidores mantenerse informados a través del Instituto de Meteorología y la red de Centros Meteorológicos Provinciales (CMP). Confíen en los pronósticos del INSMET y los CMP, conozcan las diferentes fases y concéntrense en los posibles impactos, independientemente del tamaño o categoría de la tormenta. Es fundamental recordar que, fuera del cono de incertidumbre, pueden existir peligros mortales. Si es necesario, no duden en evacuar.

Más allá del número total de ciclones tropicales que se formen, basta con que uno solo nos impacte para que cause grandes afectaciones en nuestro país y ponga en peligro vidas. Por ello, la cantidad exacta pronosticada puede resultar poco relevante frente al impacto real de estos fenómenos.

Tomado de Invasor

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