EnglishSpanish

Real y Maravillosa

El 16 de noviembre próximo se cumplen 500 años de la fundación de la villa de San  Cristóbal de La Habana. Una ciudad que con el tiempo ha devenido ejemplo de hospitalidad, heroicidad y rebeldía. Una capital para no olvidar, porque en ella se entremezclan culturas que enriquecieron y enriquecen la identidad nacional.

Asentada  a la entrada de la bahía puerto seguro y reposado de su definitivo emplazamiento, tras viajar de sur a norte entre zonas bajas e insanas, la urbe se renueva y crece a  la vera de aquella ceiba, que aun sin ser la misma, señorea en El Templete como la primera de su asentamiento.

Con esta premisa y reto, la urbe cumpleañera alienta feliz su ya inminente paso al medio milenio. Y todo ello en una ciudad tan humana como real y maravillosa

Una mujer de fisonomía indocubana esculpida en bronce la simboliza y  sirve de vigía, a modo de veleta. Así se alza atrevida en la torre del Castillo de la Fuerza. Es La Giraldilla, nuestra Penélope habanera, tan emblemática como el Castillo de los Tres Reyes del Morro y nuestro rutilante Malecón.

Declarada por  la UNESCO  en 1982 Patrimonio de la Humanidad, en La Habana y su gente vive lo interesante y lo ancestral y una herencia cultural e histórica que constituye el mayor legado de los hombres y mujeres que la pueblan. Y es que en La Habana de José Martí, el más gran de los habaneros, coexisten lo folclórico y lo popular en perfecto equilibrio entre arte y vida, historia y modernidad. Señas sobre la que se construye la nueva identidad de la capital cubana.

A la  luz de su aniversario, San Cristóbal de La Habana se presentará al mundo con una imagen renovada. Instituciones y espacios públicos se abren o renuevan en una labor que no cesará con el jubileo por la fecha, porque la Habana merece lo más grande y asume su cumpleaños con la coquetería prestigiada de su historia y de su intensa y multicolor vida cultural.

Engalanada de luz y color, de sol y mar,  la capital cubana de nuestros sueños y realidades resume patriotismo y sentido de pertenencia, porque La Habana es ella y la gente que la habita. Yo entre esa gente Esta es la irrenunciable utopía que nos convoca a la restauración y desarrollo de una metrópoli que, a contrapelo de dificultades, carestías y limitaciones, demanda que le retribuyamos en torrente de luz y amor, cuanto nos ha legado.

 

Valore este artículo

Click en las estrellas para votar

0 / 5. Conteo 0

Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on telegram
Telegram
Share on whatsapp
WhatsApp

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

¿Cuánto es − 6 = 1

Ir al contenido